Casi

Era muy temprano, pero muy temprano, me bajé del colectivo con rumbo hacia la universidad, tenía que caminar unos metros apenas, estaba dormidísima (dije que era muy temprano? ah si, lo dije) eran las 8 pasaditas nomás y de repente escucho, no muy lejos, unos gritos de elevada frecuencia que se aproximaban hacia mí con rapidez, ipso facto me di vuelta y vi acercarse una horda salvaje y multitudinaria de "proyectos de hombre", arrastrando histéricamente sus mochilas carritos cual malón a caballo al rescate de una cautiva, vestidos idénticamente con guardapolvos blancos y camperas azules. Nada parecía detenerlos, seguían acercándose y el volumen de su "aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaah" iba in crescendo inversamente proporcional a la distancia que nos separaba, y estaban ahí, los tenía a escasos centrímetros! y seguían dando alaridos que llegaban al punto límite ese en que sólo un perro puede percibirlos, logré evadir su arremetida, los esquivé exitosamente, pasaron de largo, se estrellaron contra otros congéneres, quienes los recibían efusivamente y se les unían al grito a cuello pelado a la vez que ponían sus mochilas-carrito a la par y continuaban la marcha sostenida hacia la puerta de la escuela, yo los miraba desde más lejos, resoplando de alivio por haberme salvado por un pelito de desaparecer bajo la rueditas y...
bueh, eran 2 pibitos nomás. Pero letales.
Habría que darles un walium con el desayuno.
O llevar presos a los padres por criar semejantes criaturas.

(menos mal que no tengo más clases los viernes a las 8 de la mañana, pues está comprobado que la mayoría de las cosas peligrosas ocurren a esa hora...)