lunes, 23 de marzo de 2009

Cosas para las que no nací

- usar flequillo: no podría. Esa cortina de pelo siempre metiéndose en los ojos, tapando la visual. Además con un cabello como el mío, que bien podría ser modelo para los "antes" de las publicidades de antifrizz, mejor ni pensar en un flequillo. Se me haría un rulo tipo Tin Tin imposible de controlar de no contar con una planchita de pelo y una paciencia a prueba de munición pesada. Tener que domar ese mechón de pelo every-single-day sería un trabajo engorroso e igual me quedaría como el tujes.

- probar comidas exóticas: con el auge de los locales de comida étnica se puso de moda también tener paladar negro. Safari Gourmet. Probar, probar, probar. Yo ni loca. A mi me sacás del bife y la milanesa y medio que pego un respingo. Imaginarme comiendo cosas con nombre en japonés que incluyen animales crudos, me daría repulsión. Ni me animaría a pasarle el dedo. Nica. No me importa estar perdiéndome delicias del paraíso gastronómico. A lo seguro y yo contenta. No puedo experimentar con mi sistema digestivo.

- practicar deporte aventura/extremo: dejame de joder con el bungee jumping, el trekking a la montaña, kayaking por el río y "campamento de fin de semana, wiiiii!!". Gracias que alguna vez en la vida anduve en bicicleta (y con todo gusto) y escalé el cerro de la Ventana a los 8 años. Divino. Pero yo prefiero estar con los pies en la tierra, en la comodidad del hogaaaar (o de alguna otra construcción) y sin tanto peligro. La vida ultra outdoorsy no es para mí.

- usar lentes de sol: yo YA uso lentes a tiempo completo, por lo cual debería hacerme de unos lentes también recetados PARA EL SOL. No los soporto. Por suerte el sol no me molesta al extremo de necesitarlos. Sencillamente me parece horrible andar con esos vidrios de color marrón (en el mejor de los casos) delante de los ojos; me desvirtúa la realidad, parece que ando dentro de una burbuja de carey. Y por consiguiente me incomoda mucho conversar con alguien que lleva puestos lentes de sol. Termino mirándole la boca, buscando algun rasgo o gesto que acompañe lo dicho. Además sería oootro trasto para acarrear, acordarse de llevar y cuidar. Me ahorro un problema y hasta unos buenos mangos porque esos accesorios son cada vez más caros. Y grandes.

- usar zapatos con taco: las circunstancias de la vida nunca me obligaron a andar subida a un par de tacos (sí, porque a uno solo sería doblemente incómodo), ergo los pude esquivar hasta ahora sin mucho inconveniente. Sí, sí, estilizan, queda elegantes, todo lo que quieran. Pero yo soy la tipa más feliz en zapatillas. Bueeeno, sí, alguna vez tuve, usé pero de 5cms para abajo y con cuentagotas. Mi columna y pies, agradecidos.

- mantener small talks de compromiso: no hay caso, no puedddddo, me esfuerzo y no me sale, enseguida me siento incómoda. Qué me importa si todo le va bien, si la familia tiene salud, si mañana va a llover... Hay situaciones en las que no se puede evitar caer preso de estos diálogos forzados. Y yo lo veo venir, lo presiento y empiezo a putear: "uuuuhhh, ahí está fulana, le voy a tener que preguntar por su vida y la rep...". Inmediatamente me veo envuelta en una conversación cero interesante, sobre tópicos de lo más futiles. En la mayoría de los casos dejo la cara de seña y mi mente se re maneja, respondiendo y preguntando con una prolijidad y coherencia envidiables, pero pensando en cualquier otra cosa al mismo tiempo. Como que una hace foco al infinito...

- la excesiva coquetería femenina: que la ropa de moda, que los accesorios en combinación, que los kilos de maquillaje, que hay que broncearse desde octubre, que el corte de pelo, que la ropa de moda otra vez. No, viejo. La hiperproducción no es mi fuerte. Un poco, sí. Como para diferenciar el look "entrecasa" del "arregladita" pero ahí nomás. Insume muchas energías, guita, tiempo. Y yo, señores... tengo un blog que mantener.

4 comentarios:

  1. A ver... no te muevas... ¡click! Retrato perfecto de Vix, piel de gashiina.
    No sé por qué algunas de esas cosas ya las hubiera adivinado sin que lo dijeras. Es como si ya te intuyera. (Tanto tiempo siguiendo tu blog hace mucho) Y leo entre líneas que eres de esas personas con las ideas muy muy claras, con carácter y fuerte personalidad.

    En lo que más me acerco a tí es en ese detestar que me hablen con las gafas de sol puestas y en lo que menos en lo de probar cosas nuevas; de lo más crudo a lo más elaborado, yo lo pruebo todo.

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  2. Nah, JuanRa. Nada de ideas claras, caracter ni mucho menos fuerte personalidad. Soy una pichiruchi del montón.

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  3. Hola Victoria,
    como mujer, debería patalear y hablarte de lo femenina que te verías maquillada, con doce centímetros de taco, con un flequillo tipo flogger (que no sé cómo se escribe), con lentes negros y grandes (si son marcos cuadrados y blancos como los que se usan ahora, mejor) y comiendo en el local de comida étnica del momento. Pero no. No puedo porque, cuando me pongo una pollera o tacos de dos centímetros, mis hijas me dicen "¡Te vestiste de mujer!", si me pinto algo más que los labios me preguntan "¿vas a salir?", si corro el colectivo (que lo tengo a media cuadra) largo hasta los pulmones y, para desgracia de Sergio... si salgo a comer, milanesas con fritas, pizzas o, con terrible suerte, pastas. Por eso no puedo decirte más que "Somos dos, sentite acompañada"
    Por otro lado, lo único que sí uso son lentes de sol porque no tolero la claridad (ya estoy vieja y los ojos no me dan), pero me los saco para hablar con los demás porque amo ver la cara de la persona que tengo enfrente.
    Espero no haber sido demasiado extensa.
    Te mando un saludo y me quedo leyendo un ratito más.

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  4. Qué notable cómo lo primero que uno hace al leer esta enumeración es ver en qué cosas coincidís con uno y en cuáles te diferenciás. Al igual que lo que le pasó a Juan, me enternecen todas, pero en la de las comidas exóticas pienso: "Mmmm... no habrá probado lo correcto. Si probara tal cosa, o tal otra..." Qué modo facista de empatizar el mío, ¿no?

    Ahora, lo que más identificación me produjo es el enorme fastido por los small talk. Debo ser de los tipos más torpes en eso. Yo creo que la gente que se ve forzada a mantener small talks conmigo sin conocerme debe quedarse con la idea de que estoy a dos puntitos de ser oficialmente un retrasado mental.

    Muenax nochex.

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