domingo, 15 de marzo de 2009

No sé si vengo, si voy o si fui

Anoche a las 12 había que cambiar la hora.
Pero a mí, porque soy re innovadora (léase: impaciente), se me dio por cambiarla antes. Como a las 21.30, atrasé todos mis relojes.
"Así cuando me agarre hambre ya van a ser como las 22 de antes".
"Así ya voy ganando tiempo (¿?)".
"Así el cambio no me agarra en medio de la noche, durmiendo (¿?)
".

Todas reflexiones estúpidas, me salían, sí. Pero en ese momento no me daba cuenta. Estaba entretenida, y de esa forma se me alargaba la entretención una hora más.


Claro que, lo que no tuve en cuenta fue que, a las 23 yo iba a estar oficialmente muerta de sueño. Y me descubrí retándome a mí misma mentalmente: "che, son las once!, cómo te vas a ir a dormir a las once un sábado a la noche?? naaah, no podés..." (como si no lo hiciera siempre!). Pero para mi cuerpo y cabeza eran las 12, porque una venía viviendo todo el día con el otro horario. Una hora más o una menos en un aparato medidor de tiempo, al físico le importa tres cominos. Se agota y no hay minutero que lo conforme.

Entonces intenté aguantar despierta un rato más, distrayéndome con la web 2.0 y maldiciendo en dos idiomas por inconvenientes informáticos que no paran de sucederme. A las 23.45 (00.45 para mi reloj biológico) dije basta, apagué todo, eché a Clementina de mi cama y me acosté, dispuesta a tener una noche plena de sueños ridículos.

Y recién hoy al despertarme a las 9 y algo (10 y algo del ritmo que venía teniendo) me di cuenta que debería haber esperado a hoy, al momento de levantarme, para hacer el famoso atraso de hora. Asi ya descansadita (sundecir, porque la gata me hizo levantar a las 3.50 para sacarla al patio), de buen humorrrrr, con el fressscor de la mañana casi otoñal, yo agregaba una hora al día en las mejores condiciones. Pero no, por apurada, no sólo no tengo hoy una hora más para vivir (mmm, aunque pensándolo bien...un domingo de 25hs es una pesadilla Burtoniana) sino que la hora que "recuperé" ayer no la pude disfrutar porque estaba agotada.

Y hoy tuve un pésimo amanecer, con buenas dosis de alergia, volumen de TV ajeno e-le-vvva-dddo, dolor de espalda por sentarme doblada sobre el teclado y dolor de cabeza por... existir. Supongo.

Y es Domingo.
Y hay sol.
La cosa pinta muy mal.

2 comentarios:

  1. Moraleja: rompe todos los relojes y haz lo que te pida el cuerpo.

    ¿Le tienes alergia al otoño, Vix? Yo muchísima al polen de las gramíneas que están acechando ya en las esquinas. Qué pesadilla.

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  2. Al otoño, no. Amo el otoño. Le tengo alergia a... la vida. Amanezco con alergia todo el año. Alergia al amanecer quizás... quién sabe.

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