viernes, 20 de marzo de 2009

PATÉTICOS

Seh!
A ustedes les hablo!
A los que no se resignan al hecho de que el verano ter-mi-nó oficialmente. Y que aún en días de 20° se calzan la malla y se van a la playa a cantarse de ofri con tal de no dar el brazo a torcer.


Bánquensela, loco. Yo soporté tres meses de odioso y tórrido verano, CASI sin chistar.
Ahora me toca disfrutar a mí. El frescorrrr, las hojas que se caaaaen y crujen en la vereda, las lluvieciiiiiitas, las siestiiiitas nublaaadas...

Así que no escorchen más. Guarden la reposera y el Rayito de sol, que el VERANO IS OVER.

Se los digo por su bien.

5 comentarios:

  1. Me encantó el "CASI" así, en mayúsculas, como diciendo "sí, ya sé que me quejé varias veces, que puse cara de fastidio cuando me desperté a las 7 de la matina y ya hacía más de 30 grados". Es que... ¿quién puede no quejarse nunca? Bueno, sí, los de la otra especie, los que ahora andan en malla por ese lugar tan pero tan lejos en el que vivís vos. Acá, en la Buenos Aires que en verano es, al decir de Borges, una enfermedad que dura tres meses, seguimos dándole fuerte y claro al aire acondicionado. Pero qué lindas fueron las tormentas de hace unos días. Y qué lindo que queden muchachas que disfruten de las tormentas ruidosas y las hojas secas. Y qué lindo saber que ahora vienen varios, varios meses, en los que mandamos nosotros.

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  2. Che, Punta Alta no queda TAN lejos como parece. Estamos a 700kms nomás, en la mesma provincia!. Más lejos de Buenos Aires queda...no sé...la tierra natal del presid...no, digo del primer caballero...o sea, del EX presidente...digo, del dorima de la presidenta...

    Yo parezco como que vivo perdida en un pueblucho del interior peroooo...mseh. Es así...

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  3. Y, es lejos, es bastante. De hecho, esos 700 kilometros son la razón por la cual no hago efectiva esa especie de invitación hecha en el post "La precursora" y me paso la tarde de mañana tomando un café con vos, viendo y oyendo y oliendo la tormenta del otro lado del vidrio.

    Uy, mirá cómo al tipo, tras tanta lectura silenciosa, de golpe y porrazo se le escapan las palabras, che. No olvidar que está leyendo la madre. Hola, señora. Una dulzura le salió la nena. Bien hecho.

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  4. nena, tu tía!

    Al final, no hubo tormenta. Odio los amagues y aún más cuando son de lluvia. Maldito meteoro.

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  5. ¿Pero qué esperada tormenta era esa? ¿Me he perdido algo?

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