domingo, 29 de mayo de 2011

Fui y vine

(me están dando ganas de volver a este blog en algo diario, veremos si me sale. No creo, en fin, a lo que vine)

La semana que está terminando la empecé en Buenos Aires. Hice un viaje relámpago, como suelen ser todos mis viajes a Buenos Aires, considerando que mis posibilidades económicas son inversamente proporcionales a los costos de un viaje. Anyhow... fui. Domingo, lunes y martes.

Antes de seguir con el relato. Aun me acuerdo de la primera vez que fui a Capital, con madre a mis 22 años (aproximadamente, y si, yo conoci BA a ESA EDAD). En avión. Todo primera vez. Recuerdo mi pajueranez al palo, atravesando Av Libertador en taxi, sosteniéndome la mandíbula, absorta, mirando los edificios antiguos, creyéndome en Europa. Y como incipiente estudiante de Locución, cruzar, en esa misma avenida, a Lalo Mir en su 4x4, terminó de ponerme culoparriba emocionalmente hablando. Todo era "ohhhhh", para mis adentro, claro. Ese día, en ese instante, me enamoré perdidamente de la ciudad y seguí volviendo, a ver si me sigue dando pelota.

Como esta vez en que volví. Con no poco dolor, debo admitir que la ciudad ya no me provoca descolocamiento de mandibulas. Nos hemos acostumbrado a vernos. Me sorprende menos, le saco menos fotos. Y varias de las cosas que antes eran exclusividad de los porteños, ya han llegado al interior. Igual, hay un 95% de cosas que están solo allá. Como por ejemplo la Feria PuroDiseño. San Telmo. Recoleta. El obelisco. La Rosada. Starbucks. Y muchas más que vi.

Odio viajar en colectivos de larga distancia. En el viaje de ida, que fue muy apacible a pesar de que no dormi ni un segundo, nos congraciaron con una peliculita de lo mas desubicada. Una cosa espantosssssa, mezcla de terror clase B con zombies y actores ignotos, cuya escena inicial me recordaba a los momentos "Dexter". Todo a un volumen insoportable, con gritos y sangre. Vean el trailer, qué linnnndo:


Hermoso. Pero pasó. Como pasaron las más de 9 hs de viaje, CON LLUVIA y TORMENTAS.
Buenos Aires me recibió así, a las 7 de la madrugada:


De los casi 3 dias que estuve en Buenos Aires, llovió dos de ellos, por lo cual mis planes de paseo ininterrumpido se vieron seriamente dañados. Tuve que modificar rutas. ¡Comprar paraguas! Y tomar mucho más taxi del presupuestado. Por suerte -y eso que tomé muchos- no me tocó ni UN SOLO TACHERO CHARLETA. Ni uno. Rarísimo. Todos calladeeeeetos. Gracias a ellos.

La Feria PuroDiseño, mi principal motivación para ir, linda. Sí. Llegué en medio de un diluvio. Tienta, mucho cachivache atractivo, pero nada NECESARIO. Compré un CuadernoMucho, pequeño, me clavé un cupcake de Jacarandá, recorrí todo el pabellón amarillo a las corridas, esquivando un océano de gente, no tomé ni una foto y huí despavorida. Afuera ya no llovía pero la humedad hinchaba mucho las bolas.

El lunes fue mucho más benevolo climáticamente hablando. Soleado pero fresco. Ideal para caminar como poseida y gastar dinero por Santa Fé y Florida. Almuerzo en mi adorado café de la libreria Ateneo Grand Splendid más librito barato (no, el de Donato, no, el de $55 nomás)


Luego hice una parada estratégica (mentira, no me quedaba de paso) en la Galería Güemes, para apreciar su exquisita arquitectura. Cúpulas que te dejan sin aliento, portales imponentes, bóvedas elegantes y más. Todo hermoso.


Para más tarde estaba pactado el encuentro pajuerano con Lulaina, que gentilmente se trasladó desde La Plata, para que pudiéramos conocernos, luego de meses y meses de chat, mails, cagadas de risa y MUCHAS fotos de sus zapatos para SMYS. Merienda rigurosa (y frugal) en Starbucks, sesión de fotos improvisadas (oh pordios, ¡mi cara! mi sleep deprivation hizo estragos) y luego cada una para su lado. Gracias Lu!

El martes me tocaba abandonar el hotel temprano y soportar estoicamente la constante falta de horas de sueño sin una camita a mano donde siestear después de comer. Al mediodia tenía planeado encuentro con madre (la mia!) en Recoleta. En su camino rumbo a Cataratas debía esperar unas horas por su vuelo. Casualidades de la vida (?). Almorzamos en Chez Pauline donde, extrañamente, nos atendieron bastante mal. 


Mientras comíamos, se largó a llover y no iba a parar hasta el dia siguiente. Ejem. ¿Mi paraguas? bien, guardado en la valija que me esperaba en el hotel. *RAYOS*. Madre volvió a Aeroparque y yo, por el camino, me bajé en el Museo Nacional de Arte Decorativo. Garroneé taxi y entrada porque el martes no se paga. Cue. Era la segunda vez que iba (la primera fue en 2009) y ésta lo disfruté muchísimo más. Conociendo la historia del mobiliario que allí se aloja, uno entiende, aprecia y se maravilla 800 veces más. Hice todo el recorrido repitiendo: "puaaaah" cada dos baldosas. Perdón, cada dos rectángulos de parquet. Es realmente una pena que no permitan tomar fotos... porque yo saqué algunas. Cof, cof. Sí, me llevé el celular y piqui, piqui, donde no había guardia ortiba (estaban todos emboladisimos, charlando o con un mp3 al oido), yo sacaba de canuta, fotos de pésima calidad, verdad, pero me quedan de recuerdo. Lo sé, por seguridad. Por el valor de lo expuesto. Pero yo no cabía en mí de ver lo que veía, queria conservarlo para la posteridad (?). Dos, de buena que soy.


A la salida, un earl grey ingles en Croque Madame, pegadito a la entrada del Museo, un lugar precioso, una atención correcta y el baño más encantador que vi en mucho tiempo:





En mi raid mentalmente armado me quedaba sólo el paseo por San Telmo. Seguía lloviendo. Un taxi (y 30 mangos) después llegué al primero de los dos locales que quería conocer: Walrus Books. La librería de calle Estados Unidos al 600, que vende solo textos en inglés, usados y nuevos. Iba con la ilusión de una quinceañera a Disney, pero la experiencia no fue taaaan reconfortante. El tipito que atendía, una (mala) suerte de Alan Pauls con catarro estruendoso daba cero bola hasta que ibas a pagarle. Una acumulación de libros,  a muy buen precio, en un local pequeñito pero bonito, pero nada que me diera ganas de comprar. Lo bueno: la música que oía el sujeto. Lo anecdótico: entró una mujer con libros para canjear, hablando en inglés, que se puso a chusmear el librito que yo había seleccionado para comprar y dejado sobre el ¿mostrador? El Alan Pauls con catarro, en un perfecto inglés americano, le dijo que ese libro era mío...y mientras la mujer lo hojeaba igual, le dijo algo como que probablemente no fuera de su interés, sino más acorde a mi gusto. Y yo, oyéndolo de coté, tuve ganas de responderle "and what do you fucking know about me?" pero me callé. Seguí revolviendo, largo rato. Y finalmente, llevé ése nomás. Lo otro no me interesaba.


Mi segunda parada consistía en una merienda en Matilda's. Pero el destino hizo que yo leyera mal el horario anotado y cuando llegué, obviamente, estaba cerrado.

El paseo siguió, a las puteadas, bajo la lluvia incesante, sin paraguas, completamente empapada y muerta de hambre, por Chile hasta Defensa. El único lugar donde tomar algo cercano que recordaba era La Panadería de Pablo (Massey), el café/restó instalado en donde el año pasado se hizo Casa Foa. Esta vez el lugar estaba desierto, lo habían reformado un poco y el mozo, mexicano, que me atendió era un lujo. 




Otro té inglés, unas medialunas grasosas, algunas fotos con cámara (pues venía sacando solo con el celular, en un rapto de maaa seeeh!!) y después, anteúltimo taxi, directo al hotel. Por el camino, comenzó a emitirse la Cadena Nacional donde la presidenta inauguraba el Museo del Bicentenario. Mientras la oíamos por radio, el taxi rodeaba lentamente la Casa Rosada iluminada en violeta y fuccia. El efecto fue interesante. Cuando las cosas las vivis in situ, no via TV a 700kms, se percibe distinto, te sentís parte, hasta te emocionás. El edificio de la Rosada es algo digno de visitar y ver de cerca, ahora que me enteré que dan visitas guiadas. Para la próxima, agendado. Mi lado histórico me llevará.

A pesar de eran las 19hs y aun me quedaban dos horas y media para tomar el colectivo de regreso, no tuve más remedio que acovacharme en el hotel. Primero, para cambiarme la ropa mojada, segundo para ordenar el caosssss de cosas que había comprado y acumulado en el día. Tercero: ¿mencioné que llovía? 

Buenos Aires, a pesar de todo, me sigue gustando. Sus calles con aroma a pizza y café a toda hora, la multiplicidad de ofertas, la sensación de que jamás te aburris, aun con poca guita, la historia de mi país, la arquitectura (oh), la gente que va en la suya (me crucé, en la plaza de Tribunales, con una piba que iba comiendo una rodaja gruesa de queso Port Salut de un tupper. Posta. La Serenisima hace daño, Pancho). En mi acostumbrado y deportivo "avistaje de famosos" pude contar a Gabo Ferro, Alejandro Awada, Patricio Contreras y un eye contact con Julia Zenko.

Y como pasa cada vez que voy, durante y a mi regreso acumulo una serie de puteadas de parte de muchas personas que me dicen "comoquevinisteynomeavisaste". Es que, por suerte, ya suman como 15, contando a grosso modo (algunos quizas los conté y ni intenciones de verme tenian!), y uds calculen, si voy por casi 3 dias, no puedo coordinar visitas y encuentros con 5 personas al dia, personas que tienen sus horarios, trabajos, complicaciones, hijos, etc., y yo, que voy a pasear, digamo'. Lamentablemente debo "elegir" a quién ver en cada viaje porque no me dan los tiempos para verlos a todos. Así que, tendrán que disculparrrrrrme.

Me falta subir el total de las fotos a algun lado (Facebook ya no me convence, aunque sea el más práctico). Avisaré cuando lo haya hecho.

Y así, me fui.


7 comentarios:

  1. ¡Coincidimos el domingo en buenos aires y no me avisaste! :P

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  2. My fellow pajueran, un gusto realmente! Nos sentamos en esa mesa de Starbucks (dónde más, si no?) y empezó el cotorreo como si estuviéramos tipeando en msn!
    Para la próxima, queda pendiente el té passionate, súper "femenino" que quería hacernos probar a toda costa el amigo barista :P

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  3. amo capital federal!. siempre una salida, un tramite un lo que sea me lo tomo como una visita...

    los lunes y jueves curso a la vuelta del congreso, cuando subo por la escalera mecánica adoro ver el molino y el congreso...

    debo tener el record de pisar mierda, porque siempre voy mirando para arriba.

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  4. que lindos que son tus paseos en buenos aires vix! amo tus posts relatos de viaje... y sabelo, tenés una cama donde dormir la siesta, aunque te quede literalmente en la otra punta de capital ;)

    beso enorme!

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  5. Estuve por BA lunes y martes y me camine la vida!! jaja Acumulo tantas cosas para hacer que despues no llego con todo y coincido con el tema encuentros... no se puede hacer todo!!! :)
    Te dejo este link, quizas lo conoces pero cuando lei las entradas de los envases me acorde. http://lovelypackage.com/
    Besos!!

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  6. ¡Cómo me gusta Bs As! También me siento re pajuerana cada vez que voy. ¡Tantas cosas para ver, para comprar y para hacer!

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  7. O.o
    Ustedes que vienen de turistas al final se conocen todos los rincones de nuestra ciudad... que una ni les da importancia a veces porque los tiene "tan a mano"...

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