Bueno, ya está, me decidí a seguir posteando acá, cuando las ideas surjan. Con el post aniversario anterior recibí varios lindos comentarios y uno en particular (gracias, Vero) me alentó a volver a escribir acá mismo, a concretar ese deseo que expresé de volver a los good old blogs de antaño (ja! "antaño", ya... y sí). De nuevo, no tengo idea si alguien lo leerá, pero eso ya no debería detenerme.
Antes de adentrarme en el tema que me trae a estos caracteres en esta otoñal y nublada tarde de domingo (perfecta ¿eh? de fotito) les quiero compartir, a ver si me sale, una playlist de jazz standards preciosa, con lo mejor de lo mejor, ideal para musicalizar la blue hour de hoy.
Todo parece indicar, según me muestra la vista previa, que ahí efectivamente inserté un reproductor de Spotify con dicha playlist. Después me cuentan si lo ven y funciona y les gusta.
Pongan play y a leer. Yo quería preguntarles algo. Ustedes ¿también tienen dificultades para elegir qué hacer con su tiempo libre? Yo, últimamente (eso es, en los últimos 20 años), tengo serios problemas para decidirme porque las opciones son practicamente infinitas. Por suerte y por elección personal, mi tiempo libre me pertenece siempre. No tengo que resignarlo ante nadie que demande mi atención. Entonces, mi mente quiere aprovechar ese tiempo libre al máximo. En principio, para sacarle partido al rato de paz y silencio que de repente se generó en la casa. Me digo "ah, genial, puedo sentarme a leer un rato". Pero también creo que es un buen momento para ponerme al día con Youtube - sigo una cantidad ingente de canales y los vlogs se me apilan semana a semana-. Pero no, no voy a desperdiciar horas de luz natural mirando una pantalla luminosa, no. Eso lo dejo para la noche. Ah pero yo también quería mirar alguna película, tal vez esa otra de Nani Moretti que me queda pendiente... no, hoy no, se ha puesto muy dramático con los años nani, otro día... pero mejor, ¿por qué no le dedico un rato al dibujo? ¿eh? sí, que compré unos pasteles al óleo nuevos y quiero probar como se ven en la hoja... ah, pero no te olvides que tenés un audiolibro esperando en Audible, que el free trial se termina y MOMENTO. ¿No dijiste además que ibas a probar esa receta de banana bread? Cierto, sí... Pero si me pongo a hornear a esta hora no lo voy a poder comer a la tarde con el té. Y tampoco podré salir a caminar un rato, para ventilar mi cerebro post faringitis y estirar las piernas (qué de vieja eso de estirar las piernas, por favor). No, caminar hoy no, qué fiaca, yo quiero estar piola en casa, pottering about. Ah ¿y no ibas a pasar la aspiradora en la habitación y guardar la ropa de verano? Sí...y podrías postear algo nuevo.
Así es el contenido de mi mente, usualmente. No solo los domingos a la tarde. Y eso solo representa una media hora de mi día. El resto del día, el espiral de aprovechar bien el día continúa, incesante. Me dedico a hacer listas para bajar la información al papel y así reducir el nivel de ansiedad que me azota, porque sí, yo siento como si mi cerebro me cagara a palos con ideas y proyectos constantemente, que no me deja estar en paz ni los malditos domingos. Es que... el domingo, acá en esta ciudad chica y de pocas opciones, es un portal gigante a la nada misma. Hay que autogenerarse la entretención porque si esperás que el pueblo te tire un algo interesante para hacer, vas muerto. Ir a tomar un cortado al café nuevo y leer ya no es novedad y los domingos, mamita, se llena de gente en grupos que hablan fuerte y distraen.
De todo eso que enumeré, al final logré hacer el 70% de las cosas, medio a mi pesar. Dibujé, leí libro en papel, terminé un audiolibro y empecé otro, guardé la ropa (qué placer mundano me da archivar la ropa de verano hasta diciembre, good ridance), miré vlogs, escribí un post y al día aún le quedan unas 5 horas útiles.
¿Es solo mi mente la que funciona así de agitada? Yo ya no sé qué más hacer para calmarla.
El banana bread está en el horno, después les cuento cómo me salió.
A mi juego me llamaste! Es así todo el tiempo, y por suerte tenemos muchos intereses y actividades para elegir! Este domingo ordené cajón de ropa interior, ropa deportiva, hace abril en mi bullet journal y terminé un libro. Dejo las acuarelas para cuando los niños sean grandes, dejo es un decir, dejo la idea de tomar clases de acuarela. Porque pintamos, pero no es lo mismo que la dedicación plena a mí! Porque en mi caso tengo la mente repartida entre demandas de mi propio ser y la de otros también, así que es un malabarismo constante pero deseado.
ResponderBorrargracias por volver.