Poné música.

Entre los años 2001 y 2006 yo laburé en esta radio de Bahía Blanca. Es una radio de clásicos internacionales, mayormente de los '70 y '80.

Cuando aún no me había recibido de locutora mi función era sólo musicalizar. Poner música. Durante 4, 5, 6 horas seguidas sin decir una palabra. Es una de las pocas emisoras que aún maneja discoteca de DISCOS, no de mp3. Había que poner toda la destreza auditiva al servicio del aire y armar tandas, intuitivamente. Laburaba sola. No había nada pautado de antemano, ni playlist del día ni nada. Había que pelar oído. Y memoria, para recordar qué tema iba con cuál otro, de qué año era y con qué combinarlo, dónde está el disco ése de fulano con la tapa roja, etc.

Que la audiencia se pegara a la radio o se fuera a los 2 minutos dependía absolutamente de nosotros, los operadores/locutores de turno. Y si bien cumplir con todo eso requería de una gran cuota de concentración ("uy! se me va el tema! qué m... pongo ahora???") la adrenalina generada igual permitía disfrutar de la música como si estuviese uno en su propia casa, poniendo una selección de temas preferidos.

El otro día haciendo un poco de orden encontré el cuaderno donde anotaba las listas de los temas que ponía. Había una seguidilla de 3 temas que ya sabía iban como piña, y cada tanto la mandaba al aire y me ponía a bailar desquiciadamente, aprovechando el reflejo que me devolvía el vidrio de la cabina. Con air drums, air guitar, air pandereta y todo lo que se me cruzara. Cuando estaba sola, sí.

La cosa era pegar tema tras tema, sin ni un solo segundo de pausa, como para provocar la sensación de in crescendo, hasta romperrrrr el aire. Y ahí, pum, pegarle la tanda y a bajar las revoluciones. Simil cachetazo.

Acá los temas los tuve que poner en archivos separados porque no me da la cabeza para conseguir un gadget que me los reproduzca juntos en una playlist. Así que les toca a ustedes apretar play en cada tema para conseguir el mismo efecto.

Eran estos: Devo, Billy Idol y The B-52's.