jueves, 30 de abril de 2009

Pasión y delirio

"abráaaaazame, apriéeeetame, acaríiiiiciame y béeeeesame..."

(aaah, la poesía de José Luis, cómo garpa...
)

Hace unos días me sorprendí a mí misma sorprendida preguntándome por qué una conocida - que no aparenta ni a palos los 52 años que acaba de cumplir - está aún soltera y lo más probable es que nunca se case ya... justo yo, ¡asombrándome de eso!, que no soy precisssssamente Liz Taylor y que si me distraigo (más todavía) un rato, un toque, con cualquier pavada pasajera, ponele, un capítulo de House, termino igual que ella: soltera, a los 52 años, sin aparentarlos y siendo protagonista de reflexiones pedorras como ésa que hice yo.
Y con una gata.

Que no se repita, por dios
(sh, a mi inconciente le hablo)

2 comentarios:

  1. Pues no eres la única con esas reflexiones.
    Cambia la gata por un perro y puedo ser yo.

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  2. Acá lo importante es conocer la opinión de la gata.

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