domingo, 7 de marzo de 2010

Fucking un-believable

Para llegar a Bs As debo siempre soportar uno de esos viajecitos en colectivo.
Llegué temprano a la terminal, me senté en mi ubicacion pasillo, primera fila, acomodé mis cosas y por allá levanté la cabeza y... lo vi.

Un sujeto del tamaño de un lavarropas, pero con las esquinas alisadas.
Imponente, el gordo.
Y desde luego, HABIA SACADO EL ASIENTO AL LADO DEL MIO.

YOU HAVE TO BE FUCKING JOKING.

No, no era chiste. El gordo se quedó ahí en el pasillo, relojeando cómo iba a treparse a su asiento y, lo que es peor, cómo iba a caber en él.
Tuve que renunciar a mi asiento de "pasillo" para dejárselo al señor que sutilmente me dio a entender que en su asiento "ventanilla" no iba a viajar con comodidad. Yo, con mi anatomía grisinezca, quepo en cualquier huequito y me sobra.

Hasta ahí íbamos bien. Bien nomás.

Ni bien se apagaron las luces el tipo se durmió.

Durmió como un animal y roncó como 28 animales juntos, como un zoo completo, al unísono. Resoplaba, bufaba, roncaba como un concierto de morsas el muy infeliz, provocando una "wall of snoring sound" ante la cual el mismísimo Phil Spector habría exclamado: WTF is this???

Apenas podía respirar el hijodesubuenamadre con esa obesidad a cuestas. Entonces cada ronquido iba acompañado de rítmicos movimientos de su busarda. Y era un ronquido casi espasmódico, no tenía intervalos. Era como la respiración lamaze de las parturientas. Pero en vez de soplar, el muy perro...largaba el ronquido nasal ése que tanto me violenta.

Durmió TO-DA-LA-MAL-DI-TA noche sin pausa. Ningun ruidito ni celular lo despertó.

"just shoot me please" pensaba yo al comienzo de cada hora.

No pude ni levantarme al baño porque, claro, el tipo...DORMIA.

Antes de salir de Punta Alta, ya me había dado charla, y demasiado chusma, cosa que detesto. Cuando estabamos llegando a Retiro (ahí fue cuando se despertó) pensé: "si me hablas, te quemo con un cigarrillo prestado".
Si yo hubiese podido dormir, habría soñado que lo golpeaba frenéticamente con un bate de béisbol, como en los dibujos animados. Juro que hice lo posible para contener mi instinto asesino pero costó, eh? oooooh, sí.

Naturalmente no pegué un ojo en todo el viaje y agoté la pila del mp3 que fui escuchando los 700kms para camuflar el insoportable ronquido del gordo. Y hoy, encima, hace calor.

Veremos cómo sigue esto.

4 comentarios:

  1. LOCA!!!
    Me has hecho reir con ganas.
    No sabía que viajabas a Bs As.
    Qué viajecito !!!
    En la época que iba seguido a punta, el tema de mis viajes eran los micros que se rompían o vidrios rotos y retrasos. Por suerte nunca me tocó un roncador...pero eso sí alguna vez debo haber roncado yo...ji,ji,ji

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  2. Hasta hace algunos años, cuando yo hacía lo que usté, los colectivos tenían una fila de asientos atrás, si uno tenía suerte y la precaución de viajar un jueves se podía dormir a lo largo...
    Los dormi-suite arruinaron todo.
    Lamento su lipídia experiencia.
    Salúdeme a lacanna si se lo cruza.
    no me cague a pedos, si leo su blog, salteado, pero lo leo.

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  3. Vamos, que sólo le faltó decir al despertar: "Me hubiera gustado echar un sueñecito, pero iba tan incómodo que no he podido"

    Seguro que hubieras salido en portada en los periódicos por sanguinaria.

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